¿Cuántos tipos de pellets existen y cuál es el más adecuado para tu estufa?

Los pellets sorprenden no sólo por su eficiencia y cualidades ‘eco’, también por su variedad. Porque hay tipos de pellets para todos los gustos y necesidades. Pueden derivarse de madera reciclada o de origen forestal, ostentar dos clases de certificados de calidad o variar su contenido en cenizas, nitrógeno y cloro.

tipos de pellets

Popularizadas durante la crisis energética de 1970-80 de Estados Unidos y Europa Occidental, las estufas de pellets garantizan calor a un precio económico, sin la contaminación de las antiguas calderas de biomasa. En la actualidad existe, sin embargo, un desconocimiento generalizado acerca de su combustible, los pellets o pellas de madera.

Este combustible granulado está disponible en cinco tipos básicos: ENplus, DINplus, Clase A1, Clase A2 y Clase B, clasificados en función de su certificación o su grado de excelencia. Modrego Hogar repasará a continuación qué tipos de pellets existen, profundizando en su definición y características específicas.

ENplus y DINplus, principales tipos de pellets según su certificación

Por ser una energía limpia y sostenible, comprar una estufa de pellets es un acierto para grandes y pequeños presupuestos. Cada año se consumen 26,1 millones de toneladas de pellets en la Unión Europea, según un estudio de Bioenergy Europe, una cifra en aumento que demuestra el fuerte respaldo del mercado europeo a esta solución energética. Si te preguntas cuántos tipos de pellets hay, encontrarás la respuesta en las siguientes líneas:

ENplus, el sello de la asociación Avebiom

 enplus

Perteneciente al European Pellet Council (EPC), ENplus es el certificado energético más reconocible para los compradores de pellets en el mercado español. Se originó en el Instituto Alemán del Pellet y está regulado por la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom). Más de 1030 empresas avalan sus productos con este «sistema de certificación líder, transparente e independiente para pellets de madera», según datos de Avebiom.

«Desde la producción hasta la entrega, garantizamos la calidad y combatimos el fraude a lo largo de toda la cadena de suministro», explican desde esta asociación española. Pretende fomentar, además, las buenas prácticas en el envasado y transporte de estos tipos de pellets.

DIN Plus, la alternativa alemana

DINplus

Regulado por la entidad alemana de certificación DIN CERTCO, el sello DIN Plus está presente en los pellets derivados de madera virgen que armonicen, además, con las normas y protocolos internacionales. El uso de pellets DIN Plus permite alargar la vida útil de la estufa, debido a su mayor exigencia de calidad en comparación con los pellets avalados por ENplus o aquellos sin certificación. Su objetivo es diferenciar del resto los pellets de mayor calidad, siendo un indicador de confianza y excelencia.

La principal diferencia entre los ENplus y DIN Plus reside en el alcance de su certificación. La clasificación de calidad (Clases A1, A2 y B, definidas en el siguiente punto) son verificadas por Enplus, mientras que DIN Plus únicamente supervisa los productos regulados según la Clase A1. Cualquiera de estos tipos de pellets estufa, no obstante, garantizan un óptimo rendimiento y el cumplimiento de los estándares de sostenibilidad ambiental.

Clases A1, A2 y B, tipos de pellets según su calidad

La calidad de los tipos de pellets despliega una clasificación distinta a la anterior, basada no en la entidad certificadora sino en el origen de sus componentes y la presencia o no de partículas contaminantes.

Clase A1

Los pellets de Clase A1 se fabrican con madera virgen, es decir, originaria de recursos forestal que no han sido tratados químicamente. Muestra un bajo contenido en cenizas, nitrógeno y cloro. Se comercializa con los sellos de ENplus y DIN Plus.

combustión pellets

Los pellets alcanzan temperaturas de hasta 1.200°C durante el proceso de combustión.

Clase A2

Otro de los tipos de pellets más comunes son los de Clase A2, similares a los de Clase A1 pero con un mayor contenido en partículas de ceniza, nitrógeno y cloro. Únicamente están disponibles bajo los sellos de ENplus.

Clase B

El espíritu eco-friendly, una de las ventajas de las estufas de pellets, caracteriza a las etiquetas de Clase B. Los pellets con dicho etiquetado emplean maderas recicladas, así como residuos de origen industrial. Su producción, lejos de fomentar la deforestación, estimula la reutilización de materias que serían desechadas. Comparte con las etiquetas de Clase A1 y A2 su rechazo a las maderas químicamente tratadas. De ahí que figure entre los tipos de pellets más demandados del mercado.

¿Cómo identificar tipos de pellets de calidad?

Esta doble clasificación, en función de la certificación y la calidad/sostenibilidad de los pellets, tiene valor orientativo y es, por tanto, una guía útil durante el proceso de compra. Pero estas siglas y códigos no permiten reconocer qué caracteriza a los pellets de calidad, cuáles son sus rasgos distintivos.

En primer lugar, los mejores pellets destacan por su porcentaje de humedad, inferior al 10%, y por su densidad menor a la del agua. Esta última característica puede comprobarse sumergiendo una unidad en el agua y comprobando si se hunde y tiene, en consecuencia, la densidad idónea.

pellets

La apariencia del pellet (color, uniformidad, tamaño y humedad) contiene información adicional a los sellos de calidad, que evita realizar malas compras.

Pero además, los pellets de calidad ofrecen un aspecto brilloso, de color uniforme y contextura lisa, sin virutas ni restos de polvo que revelen deficiencias en la fabricación. Un aspecto descolorido, por ejemplo, evidencia la presencia de componentes de bajo rendimiento, como el papel, el plástico y otros materiales.

Su compatibilidad con la estufa o caldera reviste importancia. Los pellets de menor tamaño agregan comodidad al proceso de carga, evitando posibles atascos. Sus necesidades de mantenimiento y limpieza, por otra parte, serán menores si los pellets ostentan un bajo porcentaje de cenizas.

El rendimiento calorífico del pellet es otro aspecto a considerar. Se mide en mega julios de energía por kilogramos de producto o MJ/kg y debería superar los 16,5. Incluso el envase o saco habla de la calidad del pellet. La presencia de roturas, por ejemplo, es perjudicial para la ‘salud’ de los pellets; dado absorben la humedad ambiental, al igual que cualquier producto de procedencia vegetal.

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