Cafetera de cápsulas y tradicional: 6 diferencias que te sorprenderán

¿Sabías que 22 millones de españoles (más del 60% de ellos) consume al menos una taza de café al día? Además, nuestra población toma de media 3,6 cafés diarios de lunes a viernes, reduciendo esta cifra hasta los 2,7 durante el fin de semana. No hay duda: España es uno de los países más cafeteros, con el permiso de Finlandia, cuyos habitantes ingieren un promedio de 10 kilogramos de café al año.

Parece lógico, por lo tanto, que exista un debate interno acerca de cuál es la mejor cafetera: las cafeteras de cápsulas o las tradicionales. Este último grupo engloba diversos sistemas: desde la clásica cafetera italiana para inducción, hasta las express, las de goteo y las de émbolo, mientras que por cafetera de cápsulas entendemos el modelo inventado en 2001 por las marcas Philips y Douwe Egberts. Así pues, ¿qué solución es mejor de acuerdo a los pros y contras de cada sistema?

¿Cuáles son las principales diferencias entre cafeteras de cápsulas y tradicionales?

Inmediatez

Las cafeteras de cápsulas se diferencian del resto de modelos en su cómoda y rápida preparación. Cada monodosis, que contiene 5,5 gramos de café aprox., tarda menos de 2 a 5 minutos en estar lista, un tiempo muy inferior al de cualquier otra cafetera, incluidas las express. Esta celeridad marca una de las primeras diferencias entre cafetera de cápsulas y tradicional.

Sin embargo, esta aparente inmediatez tiene una contrapartida que debe ser considerada: cada cápsula equivale a una taza de café, mientras que determinadas cafeteras italianas elaboran de una sentada, cantidad suficiente para 12 tazas, listas para servir cuando se desee.

Asequibilidad

El precio es sin duda un factor determinante a la hora de comprar cafeteras tradicionales. Las italianas, de goteo y de émbolo son las más económicas, con un rango de precios de 6 a 35 euros, mientras que las cafeteras de cápsulas amplían la horquilla hasta los 25-75 euros. Una diferencia similar se da en el café. Los packs de cápsulas son menos económicos que los clásicos paquetes de café molido o los sacos de granos de café. Por consiguiente, los sistemas antiguos superan con mucho a la cafetera de cápsulas.

Variedad de sabores

En la ‘guerra’ entre la cafetera de cápsulas vs. cafetera tradicional, la balanza vuelve a inclinarse del lado de las monocápsulas cuando la diversidad de sabores e intensidades entra en juego. Largo, machiato, capuchino, americano, latte, moca y otras variedades de café están disponibles en formato cápsula, sin alterar el modo normal de preparación de este tipo de cafeteras.

cafetera tradicional

Las cafeteras clásicas, por su parte, ven más limitado su catálogo de sabores, y en cualquier caso, conseguir determinadas variedades e intensidades de café requiere una habilidad e inversión de tiempo que no todos los consumidores disponen.

Compatibilidad

La escasa compatibilidad de la cafetera de cápsulas es otra de sus grandes debilidades. La mayoría de modelos han sido desarrollados por firmas cafeteras, como Nespresso, que sólo permiten utilizar las cápsulas comercializadas bajo su marca. Esta limitación, consecuencia de un modelo de negocio basado en la venta de cápsulas más que de cafeteras, no gustará a todos los consumidores, por obligarles a adquirir varios modelos para ampliar el catálogo de sabores a 2 ó 3 fabricantes. Conscientes de este problema, ha crecido la demanda de las llamadas cafeteras multicápsulas, que posibilitan el uso de cápsulas de distintas marcas en una misma máquina.

En cualquier caso, este problema brilla por su ausencia en las cafeteras tradicionales. Existe una variedad infinita de café en grano y molido que elaborarse en cafeteras italianas, de goteo, de émbolo o express.

Aprovechamiento

El aprovechamiento de recursos es cualidad indispensable en la mejor cafetera cápsulas y café molido. Justo es reconocer, sin embargo, que las cápsulas reducen el desperdicio innecesario que suponen preparar más café del necesario, así como la formación de borras, tan común en cafeteras italianas para inducción. Cada cápsula contiene los gramos de café precisos para una taza, ni más ni menos, garantizando un consumo en el punto ‘dulce’, es decir, cuando el sabor y el aroma del café con más intensos.

Reparaciones

Debido a su precio asequible, las reparaciones en máquinas de café italianas, de goteo o de émbolo con asequibles, compensando en muchos casos desechar la unidad al completo para adquirir una nueva. Por el contrario, las cafeteras de cápsulas tienen costes más privativos que impiden reemplazarlas de esta forma. Además, su complejidad técnica supone un impedimento para realizar una reparación casera, como sí podría hacerse en el caso del filtro, la arandela de goma y otras piezas de las cafeteras tradiciones, accesibles en ferreterías físicas y en marketplaces digitales.

En vista de lo anterior, no faltan razones para invertir en una cafetera de cápsulas, como tampoco para ‘reconciliarse’ con la tradicional cafetera italiana o de convección. Cada una a su manera, estas soluciones se adaptan a las necesidades de los amantes del café, por exigentes que sean.

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