¿Sabías que el consumo de los electrodomésticos representa el 60% de la factura de la luz en una vivienda promedio? Moderar este gasto y responsabilizar sobre el ahorro energético motivó en 1994 la creación del etiquetado energético, que hasta el pasado mes de marzo contaba con siete categorías (de A+++ a D), simplificadas ahora (A, B, C, D, E, F y G).
Pese a este reescalado, la mayoría de consumidores continúa preguntándose si los electrodomésticos A+++ merecen la pena. En las siguientes líneas desgranaremos una serie de razones que justifican la inversión en electrodomésticos que, en la actualidad, ostentarían una etiqueta B o C, conservando la antigua denominación (A+++) para indicar que su eficiencia energética es la máxima disponible.
Electrodomésticos A+++, un abrazo a la sostenibilidad
Casi 7 de cada 10 españoles asegura estar poco interesado en la eficiencia energética de su vivienda, según el estudio El sentimiento de mercado de los profesionales inmobiliarios, una estadística perfectamente extrapolable al sector de los electrodomésticos.
Este desinterés nace, sin embargo, de un profundo desconocimiento de los electrodomésticos A+++ y de sus valores ecofriendly. Con ellos se contribuye a la reducción del consumo eléctrico y de agua, disminuyéndose así la sobreexplotación de recursos naturales.
Dado que los electrodomésticos de categoría A o superior se fabrican con materias sostenibles, su producción no perjudica el medio ambiente, siendo su reciclaje más sostenible que el de otros equipamientos.
En este sentido, quizá te interese saber que la alta sostenibilidad es una de las ventajas de las estufas de pellets, un sistema de calefacción de creciente popularidad en los hogares españoles.
Ahorro energético, principal dinamizador de la demanda de clase A+++
Comprar pequeños electrodomésticos de clase A+++ permite reducir el gasto energético. El ahorro logrado se especifica en la etiqueta informativa que acompaña a cada electrodoméstico comercializado en la Unión Europea. En líneas generales, un frigorífico de bajo consumo A+++ presentará un consumo inferior al 55% de la media de electrodomésticos.
En consecuencia, otra poderosa razón por la que los electrodomésticos A+++ merecen la pena es el ahorro energético, de hasta un 70% menos en la factura de la luz. En números brutos, un frigorífico perteneciente a esta clase economizaría hasta 150-160 kw al año, nada menos.
Una inversión beneficiosa a medio-largo plazo
Los electrodomésticos A+++, o sus equivalentes B o C, se comercializan a precios más elevados que los de clase inferior. La máxima calificación energética agrega así un ‘sobreprecio’, que los consumidores inteligentes no dudan en pagar, por las elevadas prestaciones que obtienen a cambio.
Los electrodomésticos con este etiquetado constituyen una inversión acertada a medio-largo plazo. El gasto inicial se ve compensado, en pocos años, por el ahorro monetario en la factura de la luz, así como en las reparaciones que los productos de gama media tienden a requerir con el tiempo y el uso.
Además, la etiqueta energética A+++ garantiza una vida útil más extensa. Los electrodomésticos ‘para toda la vida’ son una especie en extinción, pero aún pueden encontrarse bajo esta calificación, aval no sólo de una mayor eficiencia energética sino de una durabilidad y prestaciones por encima de la media.
En definitiva, las altas prestaciones, sumadas al menor gasto y la sostenibilidad, redundan en una garantía de satisfacción para los clientes ahorradores. Y es que la experiencia con estos electrodomésticos supera las expectativas del comprador, como no podía ser de otra forma adquiriendo productos de marcas tan reputadas como Braun, Philips, Rowenta, Orbegozo, Black & Decker, Solac o Taurus. Porque la eficiencia energética es insuficiente si no se acompaña de confort, bienestar e innovación.